Las hojas de la moringa son ricas en proteínas (contiene 18 aminoácidos de los cuales 8 aminoácidos son esenciales), vitaminas, (vitaminas A y B), luteína y minerales como zinc, hierro, calcio, magnesio, yodo y selenio.
También contiene propiedades antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño que producen los radicales libres.
Beneficios para la salud
La moringa es utilizada comúnmente ya sea en forma oral como tópica para tratar diferentes afecciones.
La moringa consumida vía oral podría ayudar a tratar:
Anemia
Artritis y dolores articulares
Asma
Cáncer
Estreñimiento
Diabetes
Diarrea
Epilepsia
Dolor de estómago
Úlceras intestinales
Dolor de cabeza
Problemas del corazón
Presión arterial alta
Cálculos renales
Retención de líquidos
Trastornos de la tiroides
Control de la natalidad
Infecciones bacterianas, fúngicas, víricas y parasitarias
Inflamación
Estimular la inmunidad
Incrementar el deseo sexual
La moringa de uso tópico podría ayudar a tratar:
Pie de atleta
Caspa
Verrugas
Infecciones en la piel
Mordeduras de serpiente
Enfermedad de las encías (gingivitis)
Otras condiciones:
Sin embargo, no hay suficientes evidencias para asegurar estos usos.
También se hace aceite de semillas de moringa y según su procesamiento es utilizado en diferentes áreas:
Aceite para consumo
Aceite para perfumes
Aceite para el cuidado del cabello
Aceites de lubricantes de máquinas
¿Cómo se prepara la Moringa?
Algo que llama la atención de la moringa es que sus hojas conservan gran cantidad de las vitaminas y minerales luego de secarse, lo que ha sido de gran utilidad para su comercialización con fines medicinales. Muchas personas utilizan sus hojas secas para prepararse un delicioso té de moringa.
Las hojas pueden comerse crudas o cocinarse al igual que la espinaca, generalmente las semillas de las vainas inmaduras se preparan como las judías verdes, mientras que las semillas de las vainas maduras se cocinan como guisantes o pueden ser asadas como las nueces. También se pueden secar y pulverizarse para su uso como condimento.
Precauciones
Se debe evitar el consumo de la raíz de moringa y sus extractos porque pueden contener sustancias tóxicas que pueden causar parálisis y hasta la muerte.
Las mujeres embarazadas o lactando no deben utilizar moringa, ya que podría producir contracciones uterinas y aumentar el riesgo de aborto involuntario. Durante la lactancia se debe evitar porque no hay suficiente información para conocer con exactitud si es segura para tu bebé.
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